Es bastante singular como puedo pasar de estados bastante taciturnos a extremos felices y vibrantes.
Me gustaría admitir que tengo un transtorno bipolar, pero sería una cochina mentira, mentiras que me gusta hilar para justificar mi errático comportamiento.
Y bueno, mientras tanto intentaré disfrutar de mi noche soleada, luego de la tormenta que arraso conmigo esta tarde.
Este clima hormonal es para locas.
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Aloha!